Los comercios étnicos también llamados mercados de nostalgia se vienen desarrollando sobre la base de dos procesos paralelos. Por un lado, el número cada vez mayor de inmigrantes tanto en Norteamérica como en Asia y Europa. Por otro lado, los productos étnicos tradicionales están experimentando un proceso de innovación que le ha permitido su ingreso a nuevos mercados, algunos insospechados hace algunos años.
Los productos étnicos, principalmente aquellos de origen andino son una oportunidad de negocio que bien orientados deberían conducir al éxito comercial. Cereales como la quinua, la kiwicha o el tarwi y tubérculos como la oca, el olluco o la mashua tienen gran demanda por el poblador andino. Y a partir de aquí nace otra idea de negocio, comercializar productos elaborados en base de productos étnicos como por ejemplo productos de pastelería.
Los mercados de nostalgia comercializan insumos con alta demanda por grupos sociales que emigran y tienden a extrañar ciertos productos que forman parte de su vida cotidiana y que difícilmente pueden ser encontrados en sus lugares de destino. Otro rubro a cubrir son las bebidas tradicionales como la chicha por mencionar un caso representativo.
Cientos de compatriotas, consumidores para fines comerciales al fin y al cabo, cubren la nostalgia de la distancia a través de platos típicos que deben ser elaborados con insumos propios de cada región sin utilizar sustitutos alternativos. Y hay que tener en cuenta que lo étnico no esta exento de calidad sanitaria, de valor agregado, de competitividad. Siempre hay que tenerlo en cuenta, si uno quiere tener éxito en los agronegocios.
Fértil Mundo 
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